Se establece sin un modelo de papel preexistente, todas las copias creadas se convierten en originales.

Productividad y velocidad: cuanto más tiempo pasen sus equipos para establecer contratos, verificarlos, hacer que se firmen física e internamente, viajar entre los diversos departamentos y luego transmitirlos a los destinatarios antes de escanearlos, etc.: un contrato electrónico, se firma y se envía en dos minutos.

Intercambios confiables y seguros: la tasa de pérdida de un documento electrónico es prácticamente nula.

En el peor de los casos, el correo electrónico no se ha recibido y se puede reenviar de una vez.

Bajo esta forma el contrato digital es la mejor manera de garantizar la fiabilidad de los intercambios, a diferencia del formato en papel que nunca está seguro de llegar.

Ademas por su trazabilidad (usted sabe quién hizo qué y cuándo) y su seguridad (usted define las reglas para acceder a los documentos en función de los perfiles de los usuarios).

Mejor seguimiento del ciclo de vida del contrato.

¿Un retraso en la firma? ¿Alguna mención para corregir?

Antes, el tiempo requerido para tratar las preocupaciones contractuales menores se contaban en días (perdidos).

Hoy, con el contrato electrónico, el monitoreo del ciclo de vida se realiza en línea, fácil e instantáneamente: recibe alertas y notificaciones en caso de problemas, y la opción de bloqueo de documentos le permite evitar adiciones de último segundo no deseadas.

Reducción de costes de gestión: se eliminan toda una serie de costos inevitables como parte de un contrato en papel, no hay impresión, no hay envío, sin transporte, sin archivo físico; todo lo que tiene que hacer es pagar los costos del software y crear una firma electrónica, solo gastos únicos .

Al final del año, podremos calcular y felicitarnos por los ahorros realizados.